3 ...el hombre que murió aunque no leyó todo el Sortilegio.



“En esta noche abro la ventana para ver las estrellas del firmamento y a primera instancia las defino como pequeñas luces que interrumpen la continuidad de la oscuridad en el cielo. 
Cómo podría arrancarlas y quedármelas fuera de la imaginación de una realidad intangible, una en donde mis manos en menos de un segundo van más allá del cielo y como si solo fueran motas de polvo estelar, arrancan las estrellas para hacerlas descender junto a mí, un ser insulso que no es merecedor de tomarlas así de fácil, incluso en su imaginación.

Esa realidad ilusa y fantasiosa me deja insatisfecho, así que vuelvo a reimaginar una realidad que haga descender a una estrella, pero no una estrella como una mota de luz, sino una estrella en su magnificencia, majestuosidad e inmensidad.
Me doy cuenta en poco tiempo la destrucción que conlleva tan solemne suceso, pues antes de que llegue esa estrella a mi lado me imagino por su majestuosidad calcinado, cenizo y envuelto en la oscuridad de la muerte…”

((Aparece un libro abierto delante de mí; anonadado me hallo pues no es posible algo así; mi alma tiene el presentimiento de algo espantoso pero mi curiosidad me hace acercarme y leerlo.
En voz alta entono un peculiar título que espero no sea de verdadera intención:
-MATAR ESTRELLAS-
Doy una mirada fulminante y solo me basta ese instante para memorizar todo el escrito, mas no puedo decir que lo he comprendido; mi voz actúa contra mi voluntad y empieza la primera línea a exclamar:
-Cierra tu mente antes de que tus ojos te hagan entender…-

Mi gata muerde mi pierna desesperada y en ese momento salgo del trance en el que me encontraba.
-¡Qué demonios está pasando Luna!- 
Luna es el nombre de mi gata y por una razón la llame así, tiene dos lunas por ojos y cuando alguien más la ve, no puede creer algo así. 
-Luna gracias… quieres que te siga… ¿a dónde nos dirigimos?- 
Mi temor es tan grande y claro, que mi alma sabe que si no acompaño a Luna moriré en este lugar bajo esta hermosa noche.

Entonces una reminiscencia espontánea hace llegar a mi mente las palabras de ese libro.
No me estaba claro el significado que daba la conjunción de sus palabras, pero mi mente comprende que es por ellas la razón que se paraliza mi ser en este momento. 
-Luna huye… yo ya… ya… no… pue…do…))

-¿Qué hago aquí parado? Luna ¿qué haces linda? ¿tienes hambre?…  espera a dónde vas… 
Qué estaba haciendo, oh sí, estaba escribiendo sobre las hermosas estre…¡llas!

“Entonces me molesto con las estrellas por negarse a estar a mi lado incluso en mi imaginación; sé que es infantil mi rabieta además de intrascendente en la existencia, así como también lo es el desear que las estrellas bajen aquí; pero quiero verlas sangrar como venganza y al verme incapaz de dañarlas, con una hoja firme y temple corto mis muñecas para empezar a formar un charco de sangre donde se reflejen las Estrellas, Rojas.
Siento desmayarme pero en ningún momento puedo parar de escribir, incluso sabiendo que me estoy desangrando.
Solo en 777 segundos que llevo de escribir, cuento tres soles -¿Acaso el tiempo se percibe diferente cuando está uno a punto de morir?
-¡No!- lo niego rotundamente con todo mi ser, lo que provoca esto es algo que afecta mi realidad. ¿Me he intoxicado? ¿Es una alucinación? -Luna, regresaste- Incluso pienso en la posibilidad de que la imaginación de un dios puede alterar mi realidad, pues es ilógico que por solo nombrar a mi gata pase otro día más.

-Luna, que hermosos ojos tienes-
He intentado muchas veces escribir lo que es perderse en tu mirada; a veces uso la naturaleza y su majestuosidad inmensa como ejemplo. 
-El mar más claro y temple; la luna más clara y sola; recostar mi ser y ver al astro blanco y su reflejo que da lugar a dos lunas al horizonte- 
Ese paisaje que se postra en el universo, daría una explicación a quien lea estas palabras de lo que es tener de frente la mirada de mi gata, pero me doy cuenta que ese paisaje aún palidece de belleza para describir tus ojos… -pues la luna es más clara en ti, mi linda gata. 

-¿Por qué lloras Luna? tengo miedo de morir, pero más miedo tengo de dejarte aquí sola llorando-
Caigo en mi charco de sangre y mi mano es sostenida por una fuerza sobrenatural que le impide caer conmigo y la obliga a seguir escribiendo cada suceso y cada pensamiento.

Luna mira al cielo y por un momento en sus lágrimas veo reflejada una Estrella Roja. 
¿Será real? o solo un producto delirante de mis últimos momentos. 
-No, no es así- en mi sangre las estrellas blancas que se reflejan no son tan rojas como esa estrella. 
Realmente está descendiendo una estrella aquí, quizás no junto a mí, pero cerca de mí.

Y entonces cuando estoy a punto de cerrar mis ojos pienso en la posibilidad de que hay un ser maligno que la hizo bajar y que ese libro no fue producto de una simple alucinación. 
Temo por el cometido del título que me hechizó, pues siento que es la intención del ser que lo escribió. 
No puedo creer que exista algo en este universo, que quiera y pueda -MATAR ESTRELLAS

~rrr, miau, rrr~




...se acercan las "Estrellas Rojas"

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