...IMPOSIBLE DE CREER...
Dices que caminas al techo que tiene el horizonte
donde crees que está lo que necesitas encontrar.
Que al aventarse de la orilla te elevarás al cielo
estrellándote en nubes sólidas que otros han de pisar.
No es imposible de creer en esos techos
donde en la orilla al caer te elevas al cielo
hasta estrellarse en nubes sólidas
que los demás simplemente pisarán.
Pero cuando dices que ahí está
lo que necesitas encontrar,
eso sí que es imposible de creer.
Dices que al día siguiente no te extrañaran
sino hasta que noten que les haces falta.
Te suicidas ahora desde el momento
en que te encaminas a este futuro como vivo.
No es imposible de creer que te extrañaran
solo cuando noten que les haces falta.
Que puedas morir antes de dejar de estar vivo
por decisiones en las que somos firmes hasta el final.
Pero cuando dices que por un día que les hagas falta
pensarán que te ha pasado lo peor,
eso sí que es imposible de creer.
Y no es imposible de creer que pensarás
con antelación lo que no te hará bien.
Buscar una metáfora para esconderte de los demás
antes de crear un consejo que te haga evitar saltar.
Pero cuando me cuentas esto
no puedo creer que no pienses que nosotros mismos
podamos ser quienes decidan parar.
No me es imposible de creer que saltaremos
pues al final somos el mismo ser;
uno que duda que el cielo esté al otro lado del infierno
y otro que quiere romper el infierno con su cuerpo.
Que rápido se dan los pensamientos en el aire
—¿no creen?
Que lento se acerca el infierno de nuestro mundo
—¿lo podré romper?
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